El armadillo del tamaño de un Volkswagen,holmesina septentrionalis, correteaba por las sabanas de Monagas. Su mayor preocupación era, probablemente, escapar de depredadores como los tigres dientes de sable, smilodon fatalis y dientes de cimitarra, xenosmilus hodsonae; el león del pleistoceno, panthera atrox o del lobo del pleistoceno, canis dirus.
Todos esos animales prehistóricos y por lo menos 29 más, habitaban en lo que ahora es territorio venezolano, en la era del pleistoceno que se calcula comenzó hace más de dos millones de años y finalizó hace unos doce mil años. Quedaron atrapados en brea y se fosilizaron unos sobre otros, creando un fabuloso yacimiento descubierto en 1996, y que ha sido llamado El breal de Orocual,población del Estado Monagas, a veinte kilómetros de Maturín, en cuyas cercanías se encuentra este tesoro paleontológico.
Por un maquinista Nadie esperaba encontrar tal yacimiento prehistórico en esa tierra de Monagas. Lo único que quería hacerse, bajo ese sol abrumador del oriente de una mañana de junio, era cavar la tierra seca y colocar un acueducto de Pdvsa. En eso andaba el maquinistade la industria petrolera cuando sintió que la pala de la excavadora tropezaba con algo duro. Cuando miró intuyó lo extraordinario. Paró la máquina y le dijo a su supervisor: "allí hay unos huesos, y no son de gente". Eran gigantes.
Todos esos animales prehistóricos y por lo menos 29 más, habitaban en lo que ahora es territorio venezolano, en la era del pleistoceno que se calcula comenzó hace más de dos millones de años y finalizó hace unos doce mil años. Quedaron atrapados en brea y se fosilizaron unos sobre otros, creando un fabuloso yacimiento descubierto en 1996, y que ha sido llamado El breal de Orocual,población del Estado Monagas, a veinte kilómetros de Maturín, en cuyas cercanías se encuentra este tesoro paleontológico.
Por un maquinista Nadie esperaba encontrar tal yacimiento prehistórico en esa tierra de Monagas. Lo único que quería hacerse, bajo ese sol abrumador del oriente de una mañana de junio, era cavar la tierra seca y colocar un acueducto de Pdvsa. En eso andaba el maquinistade la industria petrolera cuando sintió que la pala de la excavadora tropezaba con algo duro. Cuando miró intuyó lo extraordinario. Paró la máquina y le dijo a su supervisor: "allí hay unos huesos, y no son de gente". Eran gigantes.
En las investigacioones, además de enormes vertebrados, se han identificado hojas, insectos e invertebrados. Entre los animales más importantes identificados están caimanes, tortugas, patos, zamiros, gavilanes, 5 ó 6 especies de acorazados, lobos y leones, todo en grandes formatos, y los destacados tigres dientes de sable, que pesaba entre 150 y 350 kilos, de colmillos gigantes y cola corta; y de cimitarra, con longitud de dos metros, 230 kilos de peso y cuyos restos también han sido hallados en Florida, Estados Unidos, con data de un millón de años.
Este representa el depósito fosilífero más grande del mundo situado en un yacimiento
asfáltico, y el segundo encontrado en Venezuela, en las últimas dos décadas.
Así lo refiere Ascanio Rincón, paleontólogo del Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), despacho encargado de los
estudios en conjunto con el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) y el brazo
cultural de Petróleos de Venezuela, Pdvsa La Estancia.
Ascanio detalló que el yacimiento de Orocual está comprendido por
un área de más o menos 18 mil 500 metros cuadrados y tiene una profundidad
aproximada de 37 mil metros de asfalto y restos fósiles, cifras con las que
supera al Rancho La Brea, ubicado en Los Ángeles, Estados Unidos.
En ese sentido, explicó que el citado depósito norteamericano
contiene un conjunto de hallazgos ligados a la fosa principal, “mientras que el
del estado Monagas se trata de un megayacimiento”, refirió el investigador.
Dijo que en países como Perú y Ecuador se han encontrado este tipo
de fosas, pero “ninguna del tamaño de la de Orocual”.
2006, AÑO DEL HALLAZGO
El paleontólogo recordó que en el año 2006, durante la excavación
de una trinchera para la instalación de un oleoducto en las afueras de la
ciudad de Maturín por parte de Pdvsa, un maquinista identificado como José
Campos se percató de las osamentas, lo que ocasionó la paralización inmediata
de los trabajos en la zona.
“A raíz de este hallazgo la zona ha sido resguardada por el
Instituto de Patrimonio Cultural y Pdvsa”, refirió Rincón. Hasta los momentos,
en esta primera fase del proyecto se han identificado 34 especies de más de 2,5
millones de años, y es considerado una de las zonas paleontológicas más
importantes de las últimas décadas para el estudio de fósiles vertebrados del
pleistoceno tardío.
Acotó que por la extensión del espacio para realizar su
exploración completa se necesitarían unos 187 años, trabajando una veintena de
personas ocho horas al día durante 200 días al año.
Igualmente, estas especies guardan relación con el primer depósito
fosilífero encontrado en el año 1997, en El Mené Inciarte, en la Sierra de
Perijá, estado Zulia.
El experto explicó que, tras la fractura del Pangea
(supercontinente que englobaba a todos los continentes agrupados en el pasado),
Suramérica quedó separada como una isla en la que evolucionó fauna y flora
hasta que hace 1,8 millones de años conectó con Panamá, lo que permitió que la
fauna y la flora cruzara entre el norte y el sur de América.
Rincón apuntó que dentro de las especies se encuentra el
Homotherium venezuelensis (hombre bestia de Venezuela). Se trata de un tigre
dientes de cimitarra, que tiene dos colmillos en forma cóncava, similar al
tigre dientes de sable.
Especialidad
Según el científico del IVIC, Ascanio Rincón, la paleontología es
la ciencia que se encarga del estudio de los fósiles, siendo estos toda
evidencia de la vida en el pasado. Se encarga, además, de estudiar los
ecosistemas y el tratamiento taxonómico de los animales (quiénes eran, de dónde
venían, cómo evolucionaban). Igualmente, refirió que esta ciencia tiene otras
virtudes en áreas como la petrolera, donde apoya el curso de la investigación
de la edad de los yacimientos de hidrocarburos, así como otros beneficios
ligados al desarrollo
Artículo Editado por Whylmhar Daboín
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