Años posteriores al fin de
la Primera Guerra Mundial, donde Alemania tuvo que capitular, comenzó un
nuevo proceso político en ese país a mediados de la década de los años 20,
que culminó con el ascenso al poder de Adolfo Hitler, quien fue
nombrado Canciller Imperial (Reichskanzler) el 30 de enero de 1933.
Transformando la República de Weimar en el Tercer Reich, gobernando con un
partido único (NSDAP) basado en el totalitarismo y la autocracia de la
ideología nazi (Nacionalsocialista).
El objetivo de Hitler era establecer un Nuevo Orden de la Alemania Nazi, de
absoluta hegemonía en el continente europeo. Su política exterior e interior
tenía como finalidad de apoderarse del Lebensraum (Espacio vital) para los
pueblos germánicos, y una actitud radical antisemíta. Promovió el rearme de
Alemania y tras la invasión de Polonia por la Wehrmacht (Ejercito) en
septiembre de 1939, dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial.
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Las juventudes Hitlerianas en el Puerto de La Guaira, año 1935 |
Todo este proceso
llevado en Alemania, tuvo de una u otra forma influencia o impacto en todo el
mundo. Venezuela no escapó de ello, en especial por la presencia de una amplia
colonia alemana en el país, principalmente
en Caracas, La Guaira, Maracaibo y la Colonia Tovar, la cual venía
conformándose desde mediados del siglo XIX.
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La nave alemana Tirpitz ondeando su insignia nazi frente a las costas de Vargas, año 1936. |
Tras la situación política de segregación en la
Alemania nazi, muchos buques en 1939 zarparon con desesperados ciudadanos,
(principalmente judíos) en busca de refugio, principalmente hacia las islas del
Caribe y el Atlántico sur, en busca de países neutrales que les recibieran.
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Puerto de La Guaira para 1938 |
La ciudad de Hamburgo,
antes de la guerra, había desempeñado un papel clave para los inmigrantes
que escapaban a los puertos de las naciones que los acogieran como refugiados,
así como los barcos y consulados de América Latina. Sin embargo, los
inmigrantes y algunos consulados no siempre tenían buena relación. Como ejemplo
de ello, el Cónsul General de Chile para la época, de apellido Álvarez, fue un
claro antisemita, que en sus informes al Ministerio de Relaciones Exteriores de
su país, elogió las acciones de Adolfo Hitler, y trató te bloquear todas las
operaciones de expedición de visas para los judíos.
Como referencia de lo que se estaba
produciendo en Europa en ese momento, tenemos que comenzando 1939, pocos meses
antes de estallar la guerra, la situación de los judíos austriacos ya era
insostenible. Algunos habían sido destinados a los tenebrosos campos e
concentración de Dachau y a Büchenwald. Y otros tuvieron suerte de conseguir un
pasaje marítimo. En específico, 251 judíos abordaron dos buques en Hamburgo
(Alemania) el SS. Caribia y el SS. Königsteín, con un destino prácticamente
incierto.
Pasajeros Judios embarcando desde el puerto de Hamburgo hacia América Latina y el Caribe en 1939 |
El SS.
Caribia
A comienzo del mes de
enero zarpa de Hamburgo rumbo a Sudamérica y el Caribe.
El viaje del SS. Caribia llegó a ser muy dramático, subrayado por
el hecho de que los pasajeros cruzaron el océano sobre la cubierta del vapor,
sometidos a las inclemencias del clima y la falta de alimentos. Tras recorrer
Brasil, y las Guayanas en busca de refugio , atraca en el puerto de
La Guaira a finales de enero de 1939, proveniente de Trinidad, donde también
había sido rechazado el desembarco de los judíos por las autoridades
Trinitarias.
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Vista de La Guaira en la decada de los años 30 |
El barco permaneció cuatro días en la rada, mientras la comunidad
judía trataba desesperadamente de conseguir la autorización de desembarco del
gobierno. Al no conseguirlo, el buque tuvo que zarpar a Puerto Cabello,
siguiendo su ruta habitual y de debería ir a Panamá y Belice.
Llegada de uno de los barcos al puerto de La Guaira |
El SS. Caribia al llegar a Puerto Cabello, solo podía permanecer
en el mismo solo hasta las 8:00 pm. Pero a pesar de las gestiones de las
personalidades de la comunidad judía de Caracas y Valencia, la autorización no
llegaba, hay referencia que los pobladores en
un gesto solidario con aquellos viajeros famélicos, lanzaban frutas tropicales
a la cubierta. Luego de la hora establecida, el capitán del buque ordenó zarpar
nuevamente, con órdenes de regresar a Hamburgo, bajo la mirada atónita de
los carabobeños y sosteniendo la desesperanza de quienes se sabían condenados a
muerte.
Pero dos horas después de surcar alta mar, sorpresivamente,
la autorización del Presidente General Eleazar López Contreras llegó a Puerto
Cabello la autorización del desembarco de los 86 judíos que se encontraban a
bordo; todo esto como resultado de los buenos contactos de la dirigencia
askenazí y sefardí, en especial, de Fortunato Benacerraf. Inmediatamente
se procedió a notificar por radio al SS. Caribia. Los pasajeros debieron suplicar al
capitán del barco que regresara a puerto, a sabiendas de que un expediente le
esperaba allende los mares, tal como ocurrió.
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Puerto Cabello hacia 1938 |
En consecuencia
a la comunicación, el capitán ordenó poner proa nuevamente a puerto Cabello,
llegando en la madrugada del 3 de febrero de 1939. Pero al llegar había una
gran dificultad, por ser de noche, no había suficiente luz para atracar en el
puerto, sobre todo un una nave de tal magnitud. Entonces, cuentan los
sobrevivientes del SS. Caribia, que los vecinos del puerto comenzaron a
encender todas las bombillas eléctricas disponibles en sus casas, además de que
todos los camiones y automóviles, se dirigieron al puerto para alumbrar con sus
faros. Así fue como lograron desembarcar y luego fueron alojados en las
diferentes casas y pensiones de la ciudad. Según
cuentan algunos, que hasta fiesta con cuatro y maracas hubo.
Los pasajeros, agradecidos por el gesto humanitario del
presidente, publicaron una carta en el periódico Ahora.
General Eleazar López Contreras, Presidente de Venezuela 1935-1941 |
El SS. Königstein.
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El SS. Königstein |
Zarpa del puerto de
Hamburgo en enero de 1939, llevaba a bordo 165 pasajeros judíos. Recalando en
Barbados por 16 días, donde solicitó permiso para desembarcar a dichos
pasajeros, luego de días de esfuerzos del capitán y las autoridades, el
gobierno local se negó, siendo echados nuevamente al mar.
Sistemáticamente, el
gobierno alemán había advertido de situación a los gobiernos del área,
“recomendando que no aceptaran a pasajeros judíos".
El SS. Königstein
también había sido rechazado en la Guayana Británica, en la Guayana Francesa,
Curaçao y República Dominicana pedía una indemnización de EE.UU. para
recibirlos.
Luego de salir de Barbados, el Capitán, junto al representante de
la Gestapo que acompañó la travesía, anunció que debía regresar a Alemania, sin
embargo sugirieron comunicarse a Nueva York, donde los dirigieron al puerto
venezolano de La Guaira.
El capitán del buque, Alfred Leidig, decidió poner entonces proa a
Venezuela, al puerto de La Guaira. Leidig confesaría, años más tarde, que de no
haberlos admitido Venezuela, se hubiese visto obligado a “lanzarlos sin piedad
al mar, pero se resistía a vivir con ese remordimiento de conciencia el resto
de su vida”.
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El Puerto de La Guaira a principio del siglo XX |
El SS. Königstein atracó e
en puerto de La Guaira el 27 de febrero, era su última oportunidad, de lo
contrario hubiesen tenido que regresar a los campos de concentración en
Alemania.
Dicha situación generó un ambiente
tenso en Caracas, donde la Sociedad Israelita de la ciudad, conoció la
condición de los judíos embarcados en el buque, y decidió interceder ante el
gobierno venezolano. Natalio Glijansky, miembro de la sociedad, refiere que
primero acudieron al despacho del Ministro de Relaciones Interiores, Luis
Gerónimo Pietri, para interceder por ellos. Este les contestó que la decisión
dependía exclusivamente del Presidente de la República General
Eleazar López Contreras.
Un representan del gobierno de López Contreras recibe al Capitán Alfred Leidig en el Puerto de La Guaira |
El 3 de marzo, la
Sociedad Israelita envió un telegrama al presidente López, solicitando su
intervención en el caso. No era fácil, La Ley de Extranjeros de 1937 era muy
rigurosa en cuanto a inmigración, aunque el gobierno promovía la inmigración
selectiva de trabajadores a través
del recién creado (agosto de 1938) Instituto Técnico de inmigración y
Colonización. Por otra parte, aparentemente López Contreras recibió presión
tanto externa como interna para que no recibiera a los pasajeros judíos según
refiere Mercedes López de Blanco, Hija del presidente.
Listado de pasajeros del SS. Königstein, fechado en La Guaira el 3 de marzo de 1939 |
No obstante a lo
anterior, López Contreras al día siguiente 4 de marzo, envío un telegrama a la
Sociedad Israelita diciendo que el caso estaba en manos del Ministro de
Relaciones interiores.
Finalmente se les otorgó una
visa general, y el día 8 de marzo, los inmigrantes judíos pudieron desembarcar
en La Guaira.
Los guaireños recibieron con los
brazos abiertos a esos judíos que habían sido rechazados en otros lugares.
Es muy significativo destacar, el
coraje que demostró el Presidente, pues esa decisión lo enfrentaba a Adolfo
Hitler, quizás para el momento el hombre más poderoso y temido del mundo, y sin
embargo la tomó.
Luego de su desembarco, el
problema planteado era que hacer con ellos, donde alojarlos. El Dr. Celestino
Aza Sánchez tenía una hacienda en Mampote (Edo. Miranda) y, por intermediación
de Natalio Glijansky, representante de la comunidad judía caraqueña, fueron
llevados allí y alojados temporalmente en todos los espacios de la propiedad.
Con colaboración de los
vecinos y de la comunidad judía consiguieron vestimenta y comida para poder
alimentarlos, presentándose la propia esposa de Presidente López, María Teresa
Núñez de López, con un camión lleno de víveres, gesto que le valió años más
tarde una condecoración por parte de la Unión israelita de Caracas.
El General López Contreras y su esposa María Teresa Nuñes de López |
El 28 de marzo la prensa publicó una lista con los nombres,
edades, estado civil, ocupación, leguas de todos los refugiados en Mampote,
propiedad del Dr. Aza Sánchez, a fin que la obra humanitaria verificada por la
nación días antes, se completara mediante la contratación de esa gente. Entre
los cuales había abogados, médicos, industriales, comerciantes, agricultores,
músicos, sastres, tenedores de libros, fabricantes de textiles, periodistas,
relojeros, electricistas entre otros técnicos, académicos, y profesionales.
Luego
de esta experiencia, el Presidente López Contreras empezó a tramitar permisos
especiales para que judíos alemanes y austriacos de buques similares al
“Caribia y el Königstein”, que venían de Hamburgo hacia el Caribe, pudieran ser
recibidos en puertos venezolanos ante el inminente rechazo de estos barcos por
parte de algunas naciones caribeñas.
En esa época en Venezuela
había posiciones encontradas en cuanto recibir o no a los judíos, sin embargo
una de las opiniones que prevaleció fue la del potencial que estas personal
podían aportar al país.
El presidente López Contreras nunca se
arrepintió de la decisión de acogerlos y más bien se enorgullecía de la misma,
pues a pesar del riesgo que represento, era el tipo de inmigración que quería
para el país.
General Eleazar López Contreras |
La hija de López
Contreras contaba que su padre se sentía identificado con estos inmigrantes ya
que decía “Es que yo debo tener algo de judío, primero porque me llamo Eleazar,
nombre bíblico, luego por mi fisonomía y además por lo que yo siento por el pueblo
judío es mas emocional que intelectual, debe haber alguna razón para esta
identificación tan profunda”.
Como citó para la época el
diario “La Esfera” de Caracas: “Es la voluntad de la Nación, es el sentir
del pueblo, de ese pueblo que los recibió entusiasmadamente en La
Guaira y que los visita continuamente en su refugio de Mampote. Venezuela
necesita gente laboriosa y honrada (…). Pues que se queden, en buena hora
compartiendo nuestra tierra y nuestro cielo, comiendo nuestro pan y disfrutando
del afecto nacional. Ellos devolverán todo eso con creces en el producto de su
trabajo y en sus hijos, futuros defensores de la nacionalidad”
Sobre el SS. Königstein podemos decir
que oficialmente pertenecía a la compañía “Red Star Line”, y el capitán
del buque desde 1937 era Alfred Leidig (1893-1955) nacido en Hamburgo, el
cual ya desde el año 1927, se venía desempeñando como capitán en una variedad
de buques de carácter comercial. A pesar que Leidig pertenecía al partido Nazi
(NSDAP), no se ha encontrado registros que lo vinculen con actitudes
antisemitas. Según diversos testimonios de pasajeros y la tripulación fue un
capitán muy cortes.
Capitan Alfred Leidig Acuarela pintado por Von Friedrich Fischl, pasajero del SS. Königstein |
En la actualidad, los
sobrevivientes de esos viajes, no dejan de seguir agradeciendo al General López
Contreras su decisión de permitir su ingreso al país. Sobre estos episodios se
realizó un documental en el año 2007, llamado “los barcos de la Esperanza”, del
cineasta venezolano Jonathan Jakubowicz, donde se exponen los testimonios de
varios de los sobrevivientes del SS.Caribia y el Königstein.
Los Barcos de la Esperanza, Documental sobre los episodias de los barcos Caribia y Köenigstein, año 2007 |
Artículo editado por: Whylmhar Daboín
Asesor de contenido: Abílio De Oliveira Simao